190 Viviendas Protegidas en el entorno de la Ermita de Santa Clara, El Puerto de Santa María, Cádiz
F i c h a T é c n i c a
Emplazamiento:
Entorno de la Ermita de Santa Clara, El Puerto de Santa María (Cádiz)
Arquitectos:
Enrique Abascal García
Arquitectos Técnicos:
Antonio Lastres García-Testón.
Valentín Murillo Romero.
Colaboradores:
Arquitectos:
Néstor González Rodríguez
Estructuras:
Antonio Martínez de la Concha
Instalaciones:
Antonio Gancedo Molina
Empresas constructoras:
Bauen Empresa Constructora
Acciona Infraestructuras
Promotor:
Empresa Municipal de suelo y Vivienda de El Puerto de Santa María
Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía. Consejería de Fomento y Vivienda.
Fotógrafía:
Clemente Delgado
M e m o r i a
La propuesta parte de unas condiciones, viviendas: de carácter social, normativa urbanística: con unas reglas cuantitativas y volumétricas, de un lugar: zona de expansión realizada en base a un modelo de puro crecimiento sin mayor intención en la conformación de una idea de ciudad, y de unas condiciones económicas ajustadas.
La operación urbana que se propone contempla con igual valor el espacio de la construcción: público (equipamientos) – privado (viviendas), y el espacio libre, espacios ambos para la recuperación del barrio con marcado carácter marginal de Santa Clara. Entendiendo la ciudad como la fusión de estos espacios y no como el producto de la zonificación en parcelas de distinto uso e incidiendo en la recuperación social mediante lugares dignos y entrelazados. Mediante la integración y la apertura para la relación de los diversos ámbitos se plantea el Proyecto.
La construcción de las viviendas y los equipamientos, con sus patios y jardines, recupera la tipología tradicional. Se organiza mediante un frente paralelo a la Avenida de Sanlúcar, orientación este, que se ofrece a la nueva Plaza de Santa Clara y unos elementos transversales, entre los que se generan los espacios libres – patios y cuya disposición libera la vista de las viviendas hacia la ciudad histórica y el mar y viceversa. La transición entre estos elementos y las medianeras se lleva a cabo mediante un jardín que además de matizar los patios, relaciona en su recorrido los edificios de equipamientos de barrio dispuestos, uno en la bodega de la calle cruces (rehabilitándola), y otro entre los dos cuerpos de viviendas.
Los edificios de viviendas se estructuran mediante galerías centrales, abiertas en varios puntos y un núcleo de comunicación en relación con el patio. La intención de liberar la planta baja parcialmente, permite un espacio controlado de actividades por unidades vecinales y una continuidad entre los espacios públicos exteriores, los patios y el jardín del fondo a través de sistemas de celosías, que ciñiendolos, aseguran la transparencia y la ventilación. Se piensa en las diversas escalas y planos de relación; patios, galerías y terrazas de uso colectivo a distintos niveles.
Transparencias; calle, patio, jardín, morfología y tipología de la ciudad.
La organización de la vivienda, de forma lineal, desarrolla una crujía al exterior con las piezas netas, permite una utilización flexible para adaptarla a usos diversos por el usuario, y una crujía menor interior, para vestíbulo, galería y baño y hueco de ventilación cruzada. Se han reunidos los núcleos húmedos para compactar las instalaciones (permiten registrarse sin acceder a la vivienda desde las galerías generales de distribución, produciendo una mejora en el mantenimiento y en la implementación de nuevas redes). En la plaza, un juego de niveles permite relacionar dos grandes planos libres, en él superior plaza arbolada, en el inferior la Ermita.
Transición entre la ciudad histórica y los nuevos ensanches
El material elegido, ladrillos de gran formato con aparejos diversos, toma su naturaleza de la interpretación de la construcción tradicional en el Puerto de Santa Maria, piedra clara para los elementos delimitadores y revoco blanco para las superficies. Así una piel de ladrillo tostado realiza el forro exterior y las hendiduras y elementos internos en ladrillo vidriado blanco. Las celosías de ladrillo tamizan la luz y posibilitan todo un mundo de transparencias y relaciones a la vez que permiten una ventilación de los espacios comunes adecuándolos climáticamente.
Es a través del material y su combinación que el edificio se muestra dinámico, vibrante, interactivo, vivo en definitiva.
Se piensa que este conjunto que se traba y a la vez libera espacios cualificandolos, permite un marco de relación para los habitantes, y quizás una vida más amplia en el sentido de la bondad que puede sugerir, se espera que produzca el efecto deseado para una mejora social y urbana.