La incorporación de una arquitectura doméstica (casa conti­gua) a un edificio de carácter público plantea varias cuestiones. Por un lado el aspecto exterior, con dos escalas tan diversas a una de las plazas más importante de la población, hace que cualquier actuación unificadora en dicho sentido suponga una inversión que no está dentro de los límites del presupuesto ; y no es muy clara la transformación de la casa para adaptarla a las cotas de los diversos pisos del Ayuntamiento. Se ha partido de la base de considerar las fachadas como un lienzo, en el interior del cual se realiza la transformación. Pequeños cambios en los huecos de planta baja permiten reordenar ésta y el sistema de acceso desde la plaza al edificio. El volumen de la esca­lera al emerger sobre los edificios cosiendo ambos, nos da, a una escala más general, el carácter de la interven­ción. En el interior trasladar usos de la parte original a la ampliación nos permite liberar parte de ésta. La escala propia de un edificio público se busca en el interior, en una escalera que relacionando los distintos niveles de las  dos construcciones, con una iluminación propia,(en la parte baja mediante la excavación del patio hasta el nivel de la planta baja de la casa), recorre vertical­mente todo el lienzo de muralla para terminar superiormente en un espacio más dilatado con el remate de la muralla y el acceso a las azoteas. En la parte inferior un pequeño vestíbulo permite acceder desde la plaza a la misma, dotando al edificio de un acceso general a éste nivel (planta baja) que no poseía (en un principio el acceso se realiza desde el interior del recinto amurallado a través del arquillo al nivel de la primera planta). La creación de un espacio con la altura original de la planta primera en el extremo opuesto a la entrada principal, permite aclarar la entreplanta existente limitándola a un cuerpo que no toca los extremos de la crujía, y, que el espacio de la escalera asome sobre él, valorando el acceso al despacho del alcalde. En la planta primera se desplaza el uso administrativo a la medianera, liberando la fachada para el uso del público. Los materiales, el tratamiento de las superficies, la disposición de los huecos interiores y sus carpinterías, junto con el sistema de iluminación, aparte de otras consideraciones constructivas, completan la intervención.